domingo, 5 de septiembre de 2010

TILDACIÓN GENERAL Y TILDACIÓN ESPECIAL

La tildación es la parte de la ortografía que nos enseña a poner correctamente los acentos gráficos a las palabras. Esto es muy importante, ya que podemos provocar errores en nuestra comunicación escrita si no lo hacemos.

Clasificación de las palabras según su tildación
1. Agudas: Llamadas también Oxítonas.
2. Graves o Llanas: Llamadas también Paroxítonas.
3. Esdrújulas: Llamadas también Proparoxítonas.
4. Sobresdrújulas: Llamadas también Esdrujulísimas.

PALABRAS AGUDAS
Las palabras agudas se tildan en la última silaba, cuando terminan en una vocal o en las consonante N y S.
Ejemplos:
café caimán corazón lloró cayó
mamá compás revés cogió papá
maní también atún tendré amé

PALABRAS GRAVES O LLANAS
Todas se tildan, son palabras que se utilizan en la penúltima silaba cuando terminan en cualquier consonante, excepto N, S o vocal
Ejemplos:
dólar útil lápiz carácter
cárcel azúcar árbol áspid
ángel cáncer ítem mármol

PALABRAS ESDRÚJULAS
Son todas las palabras que se tildan en la antepenúltima silaba.
Ejemplos:
Asiático cráneo tétano océano
cámara ómnibus régimen aéreo
kilómetro título teléfono hábito
crímenes cólera hípico estético

ANOTACIÓN: Las palabras graves o llanas (con tilde y sin tilde) se convierten en esdrújulas al pasar al plural.
Ejemplos:
cárcel cár – ce – les certamen
certamen cer – tá – me – nes
examen exá – me nes
crimen crí – me – nes
lápiz lá – pi – ces
realizando re – a – li – zán – do – nos

PALABRAS SOBRESDRÚJULAS
Las palabras sobresdrújulas llevan tilde en la trasantepenúltima silaba, todas en general, porque son palabras compuestas (verbo + pronombres enclíticos).
Ejemplos:
habiéndoseme dígaselo inviérteselo
cuéntaselo piérdeselo contándoselo

Acentuación especial

Es aquella acentuación cuyas reglas se aplican a determinadas palabras, es decir, en casos especiales. Entre estas se conocen tres:
• Acentuación Diacrítica
• Acentuación Enfática
• Acentuación Dierética

1. LA ACENTUACIÓN DIACRÍTICA
Es aquella que sirve para distinguir o diferenciar la función morfológica que desempeñan algunas palabras homónimas (palabras que tienen la misma forma y distinto significado).
Esta acentuación tiene varias reglas, según las siguientes palabras:























2. ACENTUACIÓN ENFÁTICA
Esta acentuación tiene una solo regla, cuyo enunciado es el siguiente: las siete palabras QUE, CUAL, QUIEN, COMO, CUANDO, CUANTO y DONDE, se tildan cuando son enfáticas, interrogativas, exclamativas, dubitativas y ponderativas.
Caso contrario no se tildan:
Ejemplos:
¡Qué barbaridad! Compré lo qué querías
¿Cómo lo hizo? Observa como él piensa
¿Cuál es tu nombre? Tiburcia, la cual robo mi corazón
¡Quién entro aquí! Filomena, es quien está enamorada
¿Dónde está Bolivia? Lima, es donde se encuentra el río Rímac
¿Cuánto vale? Adorada esposa cuanto te amo.
¿Cuándo lo conociste? Cuando fuimos al Cusco.

3. ACENTUACIÓN DIERÉTICA
Es aquella que sirve para señalar el HIATO o AZEUXIS, pues toda vocal cerrada tónica junto a una vocal abierta se atilda sin excepción, aunque exista "H" entre ellas.

EL HIATO
El Hiato o AZEUXIS es la separación de dos vocales continuas que pertenecen a silabas diferentes. Se produce cuando las dos vocales son fuertes o cuando la vocal débil es tónica.
Ejemplos:
• 1. a i: ma – íz Sa – í – da
• 2. i a: dí – a rí – a
• 3. a u: sa – ú – co a – ú – lla
• 4. ua: grú – a pú – a
• 5. e i: re – í re – hí – ce
• 6. e u: re – hú – so re – ú – ne
• 7. u e: ac – tú – e a – cen – tú – e
• 8. u o: dú – o e – va – lú – o
• 9. i e: am – plí – e rí – e
• 10. o i: o – í – do e – go – ís – mo
• 11. i i: di – í – ta ti – í – ta
• 12. io: fí – o tí – o



























lunes, 23 de agosto de 2010

EL USO DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS. SU TILDACIÓN

CÓMO ENSEÑAR EL USO DE LAS LETRAS EN CASTELLANO


Sabemos que, en el idioma castellano cada uno de los signos que se usa en la escritura son llamadas letras y se dividen en mayúsculas y minúsculas. Las mayúsculas tienen mayor tamaño, distinta forma y se emplean cuando se escribe un nombre propio o si va seguido de un punto seguido o aparte, y las letras minúsculas son de menor tamaño y se emplean normalmente en la escritura, salvo en los casos que se hace necesario el uso normativo con respecto a las letras mayúsculas.
Al respecto, “La Ortografía de la Lengua Española” (RAE:1999) presenta una normativa bastante extensa (43 normas) sobre el uso de las letras mayúsculas en su última edición, lo cual conlleva a que, en algunos casos, aplicar las reglas sea más complicado y difícil de lo que parece.
Por otro lado, dentro de la escritura se ha observado un problema referente al tema en desarrollo, las personas, con el empleo de los mensajes de texto cortos por celular, correos electrónicos y el mensajero electrónico (Messenger o chat) con la idea de destacar algo que tiene importancia, abusan del uso de las mayúsculas sin hacer caso a la reglas establecidas (p.e. “Stoy en mi Ksa, Qando viene?”). Es por ello que se hace necesario exponer de manera clara las reglas del uso de las letras mayúsculas tomando como punto de referencia la Ortografía de la Real Academia Española (1999).

Reglas del uso de las letras mayúsculas seleccionadas para esta
experiencia didáctica

Se escriben con letra inicial mayúscula:

La primera palabra de cualquier escrito.
La primera palabra después de punto.
Después de los signos de interrogación y exclamación¡.
Después de dos puntos en el encabezamiento de una carta o en las citas textuales, es decir, en la reproducción fiel de las palabras de alguien.
Después de puntos suspensivos si lo que les sigue es otra oración distinta.
Cuando se deba empezar con mayúscula una palabra que empiece por Ch o Ll, sólo se escribirán así la C y la primera L
Los nombres propios (de personas, de animales, geográficos) y apellidos.
Los nombres de divinidades y los atributos divinos, es decir, las palabras referidas a Dios o a la Virgen María.
Los nombres de fiestas religiosas.
Los sobrenombres y apodos.
Los nombres de entidades, instituciones, organismos y colectividades.
La primera palabra de los títulos de los libros, cuadros, obras musicales, películas, piezas teatrales, esculturas, entre otras.
Las abreviaturas de tratamiento, aunque la palabra completa va en minúscula, ejemplo: Sr. (señor), Prof. (profesor).
Los nombres de épocas, períodos históricos o hechos famosos. Si constan de más de una palabra, todas ellas se escriben con mayúscula.
Los nombres de ciencias, técnicas y disciplinas académicas.
La primera palabra de los nombres latinos de las especies animales y las plantas, que además deben ir en cursiva.
Los símbolos químicos, los números romanos.

1. Cuestiones formales generales

1.1. El empleo de la mayúscula no exime de poner la tilde cuando así lo exijan las reglas de acentuación: ÁFRICA, África. Únicamente las siglas, que se escriben enteramente en mayúsculas, no llevan nunca tilde: CIA (del ingl. Central Intelligence Agency), y no *CÍA.
1.2. Cuando los dígrafos ch, gu, ll y qu se emplean en mayúscula al inicio de una palabra escrita con minúsculas, solo adopta forma de mayúscula el primero de sus componentes: Chillida, Guinea, Llerena, Quevedo; pero si los dígrafos forman parte de una palabra escrita enteramente en mayúsculas, deben ir en mayúscula sus dos componentes: CHILLIDA, GUINEA, LLERENA, QUEVEDO. Cuando los dígrafos forman parte de una sigla, se escribe en mayúscula solo el primero de sus componentes: PCCh (Partido Comunista de China).
1.3. La forma mayúscula de las letras i y j carece del punto que llevan en su grafía minúscula: Inés, Javier.

2. Uso de mayúsculas en palabras o frases enteras

2.1. Se escriben enteramente en mayúscula las siglas y algunos acrónimos: ISBN, OTI, ONG. Se escriben en minúscula, en cambio, los acrónimos que el uso ha convertido en sustantivos comunes: láser, radar, uvi. Cuando los acrónimos son nombres propios y tienen más de cuatro letras, solo se escribe en mayúscula la inicial: Unicef, Unesco.

2.2. Se utiliza la escritura en mayúsculas con el fin de destacar determinadas frases o palabras dentro de un escrito. Así, suelen escribirse enteramente en mayúsculas:
a) Las palabras o frases que aparecen en las cubiertas y portadas de los libros impresos, así como los títulos de cada una de sus divisiones internas (partes, capítulos, escenas, etc.).
b) Las cabeceras de diarios y revistas: EL UNIVERSAL, LA NACIÓN, TIEMPO.
c) Las inscripciones en lápidas y monumentos.
d) En textos jurídicos y administrativos —decretos, sentencias, bandos, edictos, certificados o instancias—, el verbo o verbos que presentan el objetivo fundamental del documento: CERTIFICA, EXPONE, SOLICITA.
e) En textos de carácter informativo, las frases que expresan el contenido fundamental del escrito: Por orden expresa de la dirección, se comunica a todos los empleados que, a partir de ahora, ESTÁ PROHIBIDO FUMAR DENTRO DE LAS DEPENDENCIAS DE LA EMPRESA.
f) Los textos de los carteles de aviso, para asegurar su visibilidad: SE RUEGA NO FUMAR; PROHIBIDO EL PASO.

3. Uso de mayúscula inicial exigido por la puntuación. De acuerdo con la posición que la palabra ocupe en el escrito, la puntuación exige su escritura con mayúscula inicial en los casos siguientes:
3.1. Si se trata de la primera palabra de un escrito o va después de punto: Hoy no iré. Mañana puede que sí.
3.2. Si sigue a los puntos suspensivos, cuando estos cierran un enunciado: Compramos mariscos, solomillos, vino... La cena resultó un éxito. Pero si los puntos suspensivos no cierran el enunciado, sino que este continúa tras ellos, la palabra que los sigue se escribe con inicial minúscula: Estoy pensando que... aceptaré; en esta ocasión debo arriesgarme.
3.3. Después de los dos puntos, debe comenzarse el texto con inicial mayúscula en los casos siguientes:
a) Tras los dos puntos que siguen a la fórmula de encabezamiento o saludo de una carta: Muy señor mío: / Le agradeceré...
b) Tras los dos puntos que siguen al verbo fundamental de un documento jurídico-administrativo: CERTIFICA: / Que D. José Álvarez García ha seguido el Curso de Técnicas Audiovisuales...
c) Tras los dos puntos que anuncian la reproducción de una cita o palabras textuales: Pedro dijo: «No volveré hasta las nueve».
3.4. En frases interrogativas y exclamativas existen dos posibilidades:
3.4.1. Si la pregunta o la Exclamación constituyen la totalidad del enunciado, y sus signos de cierre equivalen a un punto, la primera palabra de la pregunta o la exclamación se escribe con inicial mayúscula, así como la palabra que inicia la oración siguiente:
¿En qué año nació tu abuelo? Si no me equivoco, tenía la misma edad que el mío.
¡Qué miedo pasamos ayer! Se nos hizo de noche mientras bajábamos de la montaña.
3.4.2. Si la pregunta o la exclamación constituyen solo una parte del enunciado, pueden darse dos casos:
a) La pregunta o la exclamación inician el enunciado. En este caso, la primera palabra que sigue a los signos de apertura (¿ ¡) se escribe con mayúscula y la que sigue a los signos de cierre (? !) se escribe con minúscula: ¿Qué sorpresas me deparará este día?, me pregunto ante el espejo cada mañana. Esto ocurre también cuando se suceden varias preguntas o exclamaciones breves que pueden ser consideradas un único enunciado y separarse con signos de coma o de punto y coma: ¿Cómo te llamas?, ¿en qué trabajas?, ¿dónde naciste?
b) La pregunta o la exclamación no están colocadas al comienzo del enunciado, sino que siguen a otra palabra o palabras que también forman parte de este. En ese caso, la primera palabra de la pregunta o de la exclamación (la que sigue a los signos de apertura) se escribe con minúscula:
Natalia, ¿puedes ayudarme?
Pero ¡qué alegría tan grande verte por aquí!
Acentuación de letras mayúsculas
Las mayúsculas llevan tilde si les corresponde según las reglas dadas. Ejemplos: África, PERÚ, Órgiva, BOGOTÁ. La Academia nunca ha establecido una norma en sentido contrario.
Es muy importante resaltar esta última advertencia académica, que constituye en este punto la única novedad:
"La Academia nunca ha establecido una norma en sentido contrario".
Parecería redactada teniendo a la vista el estilo de EL MUNDO y, por supuesto, el de otros muchos usuarios de nuestra lengua que siguen actuando del mismo modo. Pues bien, la Academia, desde 1974, había considerado necesario el uso de la tilde en las mayúsculas.
A muchos nos ha sorprendido la lectura que ha tenido de parte de personas de todos los sectores sociales sobre la última edición de la ORTOGRAFÍA DE LA LENGUA ESPAÑOLA, revisada y consensuada por las 22 academias y publicada por Espasa en octubre de 1999. A este éxito han contribuido en gran medida los medios de comunicación, que se han referido a ella frecuentemente como ortografía panhispánica, siguiendo lo que dice la propia Academia en el prólogo, p. XIII:
"Los detallados informes de las distintas Academias han permitido lograr una Ortografía verdaderamente panhispánica".

Referencias Bibliográficas
Vargas, R. (1992). Castellano y Literatura Tercer Año Ciclo Diversificado.
Barcelona – España: Editorial Nueva América.
Real Academia Española (1999). Ortografía de la Lengua Española. Madrid:
Editorial Espasa Calpe, S. A.
Normas para citar según APA. Consultado el 24 de marzo de
2007.http://formacionenlinea.edu.ve/formacion_educadores/formacioneducadores/
curso-apa/unidad2/guion13.html





LA ORACIÓN LINEAL Y LA ORACIÓN ARBÓREA

EL ORDEN DE PALABRAS Y LA TIPOLOGIA LINGÜÍSTICA

A propósito de la oración gramatical, existen diversos tratados de tipo gramatical, lingüístico, sintáctico, etc, tratando de explicar aspectos de su estructura y de la distribución de sus elementos en ella. Bien, para intentar conocer algo de las nuevas teorías sobre sintaxis y semántica gramatical, que nos expliquen acerca de la oración como elemento de primer orden en la lengua, coincidimos con Olga Fernández Soriano (1989:595-607.Tematización y dislocación en castellano y su relación con el Parámetro del Sujeto Nulo), en cuanto al orden de las palabras que tiene una oración en el idioma castellano o español.
En ese sentido, el orden de los constituyentes en la oración es, sin duda, uno de los parámetros tipológicos fundamentales. Desde principios del siglo XX se ha venido observando que la distribución de las palabras y sintagmas no se hace del mismo modo en las lenguas del mundo y que, además, tal disposición no es arbitraria sino que responde a unos patrones que pueden ser definidos.
La empresa de delimitar esos patrones se acometió con gran entusiasmo desde perspectivas y círculos científicos diversos. El primer intento sistemático de establecer una tipología lingüística sobre la base del orden de palabras fue el de W. Schmidt (1926), y fue J. Greenberg quien elaboró de forma más precisa esa tipología.
Paralelamente, se desarrollaba en la Escuela de Praga lo que se conoce como perspectiva funcional, representada fundamentalmente por los trabajos de Mathesius, Firbas y Danes. Estas dos líneas se han enfrentado con el problema desde los dos puntos de vista que trataremos aquí: el que podríamos denominar «estructural» (principios reguladores de las relaciones estructurales en la oración) y el relativo a la disposición de la información (aspectos de la aportación de información que determinan la disposición de los elementos significativos en de la oración.
a) En primer lugar, el español pertenece al tipo de lenguas que se ajustan a un orden, esto es, es configuracional. Una de las implicaciones de tal propiedad es, como vimos, que puede postularse la existencia de un constituyente SV.
b) Además, los sintagmas en español se estructuran de modo que el núcleo se sitúa a la izquierda de los complementos (i.e. es de núcleo inicid).Por tanto, los objetos siguen al verbo y la estructura oracional no marcada es S-V-O. Por otro lado, en español el verbo «sube» hasta la flexión para unirse a sus afijos, con lo que cualquier constituyente quedará detrás.
c) Por último, nuestra lengua posee marcas flexivas verbales, pronombres átonos y preposiciones, de modo que el criterio de visibilidad está satisfecho en bastante medida. Ello le permite una cierta libertad a la hora de disponer los distintos argumentos verbales en la O, aunque esa libertad es más restringida que en otros casos, como en latín, en que cada argumento incorpora en sí la marca de caso que permite su identificación temática o, dicho de otro modo, manifiesta la relación que guarda con el núcleo verbal.
Pero quien se encarga sobre el estudio, análisis y descripción de los elementos de la oración, es La sintaxis, una subdisciplina de la lingüística. En concreto, lo que la sintaxis estudia son las normas que controlan la combinatoria de constituyentes, y cómo estos forman unidades superiores, como las oraciones y los sintagmas.
La sintaxis no se ocupa del estudio de las palabras, sino de las agrupaciones que éstas forman (tanto las de primer nivel o sintagmas, como las de segundo nivel u oraciones), y de las funciones que desempeñan. Un enunciado sintácticamente correcto, entonces, será aquél en el que los diferentes sintagmas estén bien constituidos, bien posicionados y correctamente relacionados los unos con los otros.
A lo largo de la historia, la forma de afrontar el estudio de la sintaxis ha ido variando. El paradigma tradicional fue establecido por Leonard Bloomfield, quien elaboró la llamada lingüística estructural y aplicó sus conclusiones al estudio sintáctico. Para él, la sintaxis era “el estudio de las formas libres compuestas completamente por formas libres”, lo cual es una definición demasiado técnica para el estudio que nos ocupa. Lo importante aquí es que por primera vez se consideró que la lengua (en concreto, los enunciados) podían estudiarse como estructuras y sistemas de estructuras relacionados, como constituyentes sujetos a sustitutabilidad.
Más adelante, con la revolución lingüística originada por la teoría generativa y transformacional de Noam Chomsky, el estudio de la sintaxis evolucionó hacia nuevos paradigmas. La teoría estructural no se abandonó, sino que se enriqueció, y las oraciones pasaron a analizarse a través de diagramas arbóreos, tan populares en los centros de educación secundaria desde entonces. Este sistema permitía un doble objetivo: a) seguir estudiando la raíz estructural que tiene todo enunciado, y por lo tanto poder seguir utilizando el rico entramado intelectual de la gramática estructural, a la vez que b) introducía la importancia del orden lineal de las palabras tan importante para la gramática generativa. Porque, en efecto, un mismo grupo de palabras (o sintagma) puede no variar en absoluto el significado de la oración cuando se cambia de lugar, pero en ocasiones sí lo hace.
Orden lineal de la oración

Tanto en las lenguas orales como en las signadas, el orden lineal es una de las características más evidentes; es decir, una expresión lingüística se realiza físicamente como una secuencia de sonidos o de señas.
El solo hecho de que las lenguas tengan orden lineal sugiere que debe ser planteado explícitamente, ya sea como primitivo o como derivado de una estructura jerárquica. En los últimos años, siguiendo a Kayne (The antisymmetry), el componente primitivo de muchos enfoques de la teoría sintáctica ha sido la estructura de los constituyentes, mientras el orden lineal se deriva de la estructura jerárquica: el orden de los elementos léxicos se correlaciona con la estructura jerárquica en la que se encuentren.
El orden lineal de la estructura superficial es excluido de la sintaxis, queda relegado a la fonología de la lengua (véase Chomsky “The minimalist”, “Three”, entre otros).



COMPONENTES:
O = SN + SV
Suj. Pred.




FERNÁNDEZ SORIANO (1989): «Tematización y dislocación en castellano y su relación
con el Parámetro del Sujeto Nulo>~, en Actas del IV Congreso de Lenguafrs Naturales y Lenguajes Formales, C. Martin Vide (cd.) (Universidad de Barcelona). pp. 595-607elementos significativos en la oración).

domingo, 8 de agosto de 2010

UNIDADES DISTINTIVAS DE LA LENGUA. VOZ, SONIDOS Y ARTICULACIONES

UNIDADES DISTINTIVAS DE LA LENGUA
La unidades se pueden componer a partir de lo que André Martinet denominó la doble articulación del lenguaje: el lenguaje se compone de una serie de elementos que pueden ser de dos tipos diferentes: las unidades distintivas y las unidades significativas.
Por unidades distintivas entendemos los fonemas (unidades mínimas dentro de la lengua, y que en el lenguaje oral son distintivas y aislables); y las unidades significativas son los monemas. Varias unidades distintivas consiguen articular una unidad significativa.
Hay dos tipos de monemas: los que conllevan significado léxico (lexemas) y los que conllevan significado gramatical (morfema). Según Martinet, los monemas serían unidades de primera articulación y los fonemas de segunda.
La complejidad está en que todas estas unidades se combinan entre sí para formar un mensaje a través de unas reglas gramaticales. La característica de la economía tiene que ver con la sencillez con la que se desarrolla el sistema.
Desde una perspectiva global podemos observar como con 24 fonemas y unas reglas gramaticales somos capaces de crear ilimitados mensajes. La economía llega a ser una norma. La lengua tiende a la economía.
Pero, desde el punto de vista psicológico, hay una sola unidad. Por lo tanto, tenemos la siguiente asimetría:
una unidad mental, psicológica ----> dos sonidos
Las unidades mentales son fonemas, las unidades físicas, los sonidos, son fonos. Un fono es la realización física de una unidad mental, de un fonema. En el caso del ejemplo anterior, hay una sola unidad de la que un hablante nativo de español tiene consciencia, una sola unidad psicológica, mental. Es decir, un fonema.
Sin embargo, este fonema tiene dos realizaciones físicas diferentes, dos fonos, dos diferentes pronunciaciones. Dos fonos que representan el mismo fonema, es decir, que son pronunciaciones diferentes de un sólo fonema, son dos alófonos de un fonema. Utilizamos los símbolos// cuando hablamos de fonemas y los símbolos [] cuando hablamos de (aló)fonos. De tal manera que la situación descrita en el ejemplo anterior se puede representar así:
[b]
/b/
[ß]

Cada fonema tiene al menos una realización física, un fono. Algunos fonemas, como /b/, tienen más de un fono, más de una realización física, tienen dos o más alófonos.

FONOLOGÍA Y FONÉTICA

La Fonología estudia los fonemas, es decir el modelo fónico convencional e ideal del lenguaje.
Mientras que la Fonética, se refiere a los sonidos en el habla, incluyendo su producción acústica y los procesos físicos y fisiológicos de emisión y articulación involucrados.
Entonces, la Fonología es el estudio de los sonidos de la lengua en cuanto a su carácter simbólico o de representación mental. Procede detectando regularidades o recurrencias en los sonidos del lenguaje hablado y sus combinaciones y haciendo abstracción de las pequeñas diferencias debidas a la individualidad de cada hablante y de características suprasegmentales como la entonación, el acento (tónico, es decir por aumento de la intensidad y agógico, por aumento de la duración), etc.
Cada uno de los sonidos abstractos así identificados es un fonema. Uno de los objetivos de la fonología es acotar al máximo la cantidad de fonemas requeridos para representar cada idioma de una manera suficientemente precisa.
Por consiguiente, la Fonética estudia experimentalmente los mecanismos de producción y percepción de los sonidos utilizados en el habla a través del análisis acústico, articulatorio y perceptivo. Se ocupa, por consiguiente, de las realizaciones de los fonemas.

LA VOZ HUMANA
El aparato fonatorio
La voz humana se produce voluntariamente por medio del aparato fonatorio. Éste está formado por los pulmones como fuente de energía en la forma de un flujo de aire, la laringe, que contiene las cuerdas vocales, la faringe, las cavidades oral (o bucal) y nasal y una serie de elementos articulatorios: los labios, los dientes, el alvéolo, el paladar, el velo del paladar y la lengua (ver figura 1).
Las cuerdas vocales son, en realidad, dos membranas dentro de la laringe orientadas de adelante hacia atrás (ver figura 2). Por adelante se unen en el cartílago tiroides (que puede palparse sobre el cuello, inmediatamente por debajo de la unión con la cabeza; en los varones suele apreciarse como una protuberancia conocida como nuez de Adán). Por detrás, cada una está sujeta a uno de los dos cartílagos aritenoides, los cuales pueden separarse voluntariamente por medio de músculos. La abertura entre ambas cuerdas se denomina glotis.
Cuando las cuerdas vocales se encuentran separadas, la glotis adopta una forma triangular. El aire pasa libremente y prácticamente no se produce sonido. Es el caso de la respiración.
Cuando la glotis comienza a cerrarse, el aire que la atraviesa proveniente de los pulmones experimenta una turbulencia, emitiéndose un ruido de origen aerodinámico conocido como aspiración (aunque en realidad acompaña a una espiración o exhalación). Esto sucede en los sonidos denominados “aspirados” (como la h inglesa).
Al cerrarse más, las cuerdas vocales comienzan a vibrar a modo de lengüetas, produciéndose un sonido tonal, es decir periódico. La frecuencia de este sonido depende de varios factores, entre otros del tamaño y la masa de las cuerdas vocales, de la tensión que se les aplique y de la velocidad del flujo del aire proveniente de los pulmones. A mayor tamaño, menor frecuencia de vibración, lo cual explica por qué en los varones, cuya glotis es en promedio mayor que la de las mujeres, la voz es en general más grave.
A mayor tensión la frecuencia aumenta, siendo los sonidos más agudos. Así, para lograr emitir sonidos en el registro extremo de la voz es necesario un mayor esfuerzo vocal. También aumenta la frecuencia (a igualdad de las otras condiciones) al crecer la velocidad del flujo de aire, razón por la cual al aumentar la intensidad de emisión se tiende a elevar espontáneamente el tono de voz.




Clasificación de los sonidos de la voz
Los sonidos emitidos por el aparato fonatorio pueden clasificarse de acuerdo con diversos criterios que tienen en cuenta los diferentes aspectos del fenómeno de emisión.
Estos criterios son:
a) Según su carácter vocálico o consonántico.
b) Según su oralidad o nasalidad
c) Según su carácter tonal (sonoro) o no tonal (sordo)
d) Según el lugar de articulación
e) Según el modo de articulación
f) Según la posición de los órganos articulatorios
g) Según la duración

VOCALES Y CONSONANTES
Desde un punto de vista mecanoacústico, las vocales son los sonidos emitidos por la sola vibración de las cuerdas vocales sin ningún obstáculo o constricción entre la laringe y las aberturas oral y nasal. Dicha vibración se genera por el principio del oscilador de relajación, donde interviene una fuente de energía constante en la forma de un flujo de aire proveniente de los pulmones.
Son siempre sonidos de carácter tonal (cuasiperiódicos), y por consiguiente de espectro discreto. Las consonantes, por el contrario, se emiten interponiendo algún obstáculo formado por los elementos articulatorios. Los sonidos correspondientes a las consonantes pueden ser tonales o no dependiendo de si las cuerdas vocales están vibrando o no. Funcionalmente, en el castellano las vocales pueden constituir palabras completas, no así las consonantes.
Oralidad y nasalidad
Los fonemas en los que el aire pasa por la cavidad nasal se denominan nasales, en tanto que aquéllos en los que sale por la boca se denominan orales. La diferencia principal está en el tipo de resonador principal por encima de la laringe (cavidad nasal y oral, respectivamente). En castellano son nasales sólo las consonantes “m”, “n”, “ñ”

Tonalidad
Los fonemas en los que participa la vibración de las cuerdas vocales se denominan tonales o, también, sonoros. La tonalidad lleva implícito un espectro cuasi periódico. Como se puntualizó anteriormente, todas las vocales son tonales, pero existen varias consonantes que también lo son: “b”, “d”, “m”, etc. Aquellos fonemas producidos sin vibraciones glotales se denominan sordos. Varios de ellos son el resultado de la turbulencia causada por el aire pasando a gran velocidad por un espacio reducido, c como las consonantes “s”, “z”, “j”, “f”.

Lugar y modo de articulación
La articulación es el proceso mediante el cual alguna parte del aparato fonatorio interpone un obstáculo para la circulación del flujo de aire. Las características de la articulación permitirán clasificar las consonantes.
Los órganos articulatorios son los labios, los dientes, las diferentes partes del paladar (alvéolo, paladar duro, paladar blando o velo), la lengua y la glotis. Salvo la glotis, que puede articular por sí misma, el resto de los órganos articula por oposición con otro. Según el lugar o punto de articulación se tienen fonemas:
Bilabiales: oposición de ambos labios
Labiodentales: oposición de los dientes superiores con el labio inferior
Linguodentales: oposición de la punta de la lengua con los dientes superiores
Alveolares: oposición de la punta de la lengua con la región alveolar
Palatales: oposición de la lengua con el paladar duro
Velares: oposición de la parte posterior de la lengua con el paladar blando
Glotales: articulación en la propia glotis

A su vez, para cada punto de articulación ésta puede efectuarse de diferentes modos, dando lugar a fonemas:
Oclusivos: la salida del aire se cierra momentáneamente por completo
Fricativos: el aire sale atravesando un espacio estrecho
Africados: oclusión seguida por fricación
Laterales: la lengua obstruye el centro de la boca y el aire sale por los lados
Vibrantes: la lengua vibra cerrando el paso del aire intermitentemente
Aproximantes: La obstrucción muy estrecha que no llega a producir turbulencia
Los fonemas oclusivos (correspondientes a las consonantes “b” inicial o postnasal, “c”, “k”, “d”, “g” inicial, postnasal o postlateral, (“p”, “t”) también se denominan a veces explosivos, debido a la liberación repentina de la presión presente inmediatamente antes de su emisión. Pueden ser sordos o sonoros, al igual que los fricativos (“b” postvocálica, postlateral y postvibrante, “g” postvocálica y post vibrante, “f”, “j”, “h” aspirada, “s”, “y”, “z”).
Sólo existe un fonema africado en castellano, correspondiente a la “ch”. Los laterales (“l”, “ll”) a veces se denominan líquidos, y son siempre sonoros. Los dos fonemas vibrantes del castellano (consonantes “r”, “rr”) difieren en que en uno de ellos (“r”) se ejecuta una sola vibración y es intervocálico, mientras que en el otro (“rr”) es una sucesión de dos o tres vibraciones de la lengua.
Por su lado, los fonemas aproximantes (la “i” y la “u” cerradas que aparecen en algunos diptongos) son a veces denominados semivocales, pues en realidad suenan como vocales. Pero exhiben una diferencia muy importante: son de corta duración y no son prolongables.

domingo, 1 de agosto de 2010

LA ORACIÓN. LA DOBLE ARTICULACIÓN

La oración gramatical

a) Oración gramatical es la expresión de un juicio o pensamiento completo. La parte de la Gramática de la Lengua que estudia las oraciones se llama Sintaxis. Ejemplos: la luna no salía, Manolo es estudioso, Juan trabaja en una fábrica.

b) La frase es una expresión que no tiene sujeto ni predicado. Ejemplos: silencio, por favor; cerrado los lunes; éxito de las voleibolista peruanas en el Panamericano.

Elementos de la oración

Los elementos de la oración gramatical son dos: sujeto y predicado.

a) Sujeto es la palabra o grupo de palabras que indican la persona o cosa de la que afirmamos o negamos algo. Ejemplos: Arturo estudia la lección (sujeto: Arturo), el perro corre por el campo (sujeto: el perro), ven a verme (sujeto elíptico o no expreso: tú).

b) Predicado es la palabra o grupo de palabras que expresan lo que afirmamos o negamos del sujeto. Ejemplos: Arturo estudia la lección (predicado: estudia la lección),
el perro corre por el campo (predicado: corre por el campo), ven a verme (predicado: ven a verme).

Modalidades de oraciones

Según la actitud del hablante las oraciones pueden ser:

a) Enunciativa. El hablante informa. Ejemplo: nosotros compraremos ropa.
b) Interrogativa. El hablante pregunta. Ejemplo: ¿cómo te ha ido en el examen?
c) Exclamativa. El hablante expresa una emoción. Ejemplo: ¡Qué buen día tenemos!
d) Exhortativa. El hablante ruega u ordena. Ejemplo: apaga la televisión.
e) Desiderativa. El hablante expresa un deseo. Ejemplo: ojalá apruebe todo en junio.
f) Dubitativa. El hablante expresa una duda. Ejemplo: quizá llueva esta tarde.

FORMACIÓN DE LAS PALABRAS. La doble articulación

1ª articulación: MONEMAS: Unidades mínimas CON significado: GAT- O

2ª articulación: FONEMAS: Unidades mínimas SIN significado: /G/ /A/ /T/ /O/

La palabra•Es una unidad lingüística independiente, formada por uno o más monemas, que en
la escritura aparece delimitada entre dos espacios en blanco.
•Aunque se emplea la palabra como unidad significativa, la unidad más pequeña dotada de significación se llama MONEMA
•Las palabras se componen:
o De UN SOLO monema: mapa
o De MÁS DE UN monema: mapa-s
•Los MONEMAS se clasifican en:
o LEXEMAS: forman el núcleo de los
 Nombres: MUCHACH-o
 Adjetivos: ALT-o
 Adverbios: NUNCA
 Verbos: CANT-amos
y aportan el significado léxico.

o MORFEMAS: son unidades de significado gramatical, que sirven para relacionar o modificar el significado de los lexemas.
 Se clasifican en:

•INDEPENDIENTE S
Cuando forman palabras por sí solos:
•Determinantes: mi
•Preposiciones: en
•Conjunciones: o
•Pronombres: te

•D EPENDIENTES:
Cuando se unen a los lexemas para completar y modificar su significado:
Pueden ser:

•DERIVATIVOS (o AFIJOS): Añaden significado a los lexemas:
o Prefij. os: IN - móvil
o Infijos: hum – AR - eda
o Sufijos: port – ERO

•FLEXIVOS: siempre ocupan la posición final de la palabra y sirven para expresar accidentes gramaticales:
o Expresan género / número (mal – O – S)
o Los verbos expresan:
 Persona |
 Número |
 Tiempo | mir - ÁBAMOS
 Modo |
 Aspecto |
 Voz |

GRAMÁTICA ESPAÑOLA. LOS SUSTANTIVOS EPICENOS

Al intentar hacer un artículo sobre gramática castellana, encontré en la última versión de la Real Academia Española (RAE-2008) el tratado sobre Nueva gramática de la lengua española.
Pues bien, en dicho texto hallé un acápite que versa sobre los sustantivos epicenos, que son aquellos sustantivos, en nuestra lengua, de un solo género. Pasemos a detallar lo que la RAE explica y describe sobre estos elementos gramaticales.

Los sustantivos epicenos. Alternancias con otras clases de nombres

Como decíamos la RAE define o llama EPICENOS a los sustantivos de un solo género que designan seres animados sin especificar su sexo. Estos sustantivos no poseen, por tanto, ninguna marca formal que especifique el sexo del ser que designan. La mayor parte de los nombres epicenos son nombres de animales. Ejemplo:
búho, camaleón, cebra, culebra, hiena, hormiga, jilguero, jirafa, lechuza, liebre, mosca, mosquito, perdiz, rata, sapo, tiburón, etc.
Precisa la RAE que, así pues, aunque existen la perdiz macho y la perdiz hembra, el sustantivo perdiz es exclusivamente femenino: una perdiz / *un perdiz. Los sustantivos epicenos que designan animales contrastan, por tanto, con los comunes en cuanto al género y también con los que admiten moción genérica, es decir, con los que poseen una forma masculina para designar el macho y una femenina para referirse a la hembra, como sucede en los pares siguientes:
burro / burra; canario / canaria; cerdo / cerda; conejo / coneja; cordero / cordera; elefante / elefanta; gallo / gallina; gato / gata; jabalí / jabalina; león / leona; oso / osa; pájaro / pájara; palomo / paloma; pato / pata; perro/ perra; ternero/ ternera; zorro/zorra.
Indica la academia, que los sustantivos epicenos, a diferencia de los comunes en cuanto al género o de los ambiguos, no se marcan como tales en el DRAE. Se indica, en cambio, en cada entrada el género que les corresponde: masculino en el caso de mosquito, femenino en el de pantera, etc. Por otra parte, corresponde a los diccionarios, como es obvio, informar del género que presentan los sustantivos, no del sexo que poseen los individuos que estos pueden designar.
Si bien, como se ha explicado, jilguero es un sustantivo epiceno, también se conoce jilguera, menos usado que jilguero hembra. Como femenino de tigre, se usa tigra en Colombia y otros países americanos, como en Sabiendo que habría sido como consolar una tigra atravesada por una lanza (García Márquez, Amor), pero se prefiere tigresa o tigre hembra en otros muchos. En el español medieval y en el clásico, se usaba una tigre: […] que siendo una tigre fiera se trasforme en oveja mansa (B. de Torres, Crónica). Este uso no es hoy general, pero se documenta ocasionalmente en textos del siglo XX:
Y, lanzándosele como una tigre, la levanta de la greña (Carrasquilla, Marquesa); Tiró de sí, con fuerte brío.
Como una tigre, pronta al salto (González Anaya, Oración).
También algunos nombres de plantas admiten la aposición de macho y hembra. Están, entre ellos, acebo, datilera, espárrago, mamón, ombú, palmera, plátano, ruda, sauce.
Pero, los sustantivos macho y hembra constituyen las formas adecuadas para deshacer la posible ambigüedad de los sustantivos epicenos que designan animales. La concordancia no está condicionada por el sexo de la entidad designada, sino por el género del sustantivo que forma el grupo nominal. Se dice, por tanto, El tiburón hembra es muy peligroso, y no *El tiburón hembra es muy peligrosa. Aunque el sustantivo hembra es femenino, y el sustantivo macho, masculino, no hay contradicción gramatical en grupos nominales como un tiburón hembra o la ardilla macho, puesto que se trata de aposiciones.
Solo algunos nombres de persona son epicenos. Los sustantivos criatura y víctima son femeninos, independientemente del sexo de las personas designadas. La expresión una criatura podrá designar, por tanto, a un niño de corta edad, y es posible referirse a un varón fallecido con el término femenino la víctima. Si bien estos sustantivos mantienen en los modificadores nominales y en las construcciones atributivas el género gramatical que les corresponde léxicamente, como en La víctima del robo estaba sumamente {*nervioso ~ nerviosa} o una criatura muy {pequeña ~ *pequeño}, se documentan, a veces, modificadores explicativos que hacen referencia al sexo del ser designado, como en ¿Veis esa repugnante criatura, / chato, pelón, sin dientes, estevado, / gangoso, y sucio, y tuerto, y jorobado? (Moratín, Poesías), donde se usan en masculino los adjetivos que se subrayan, a pesar de que el sustantivo epiceno criatura es de género femenino.
Por su parte, el sustantivo masculino miembro designa ciertas extremidades articuladas. Se usa como epiceno cuando designa la persona que se integra en un grupo o en una comunidad, pero empieza a ser usado también como común en cuanto al género con ese sentido: el miembro/la miembro. He aquí algunos ejemplos de este uso:
Entre los efectos que le fueron incautados a la miembro de ETA se incluye una agenda electrónica (Vanguardia [Esp.] 31/8/1994); “No nos hace falta saber lo que va a pasar […] dentro de tres años”, dijo la miembro de la junta […], vicepresidenta ejecutiva de Miami Free Zone Corporation (Nuevo Herald 21/4/1997); A la hora de hacerlo, nadie mejor que Justa Montero, miembro destacada de la Asamblea Feminista (Pueblos 31/10/2006).
Así pues, se admiten las dos opciones en alternancias como Ella es el miembro más notable del equipo ~ Ella es la miembro más notable del equipo. Se ha documentado el sustantivo miembra, que no se recomienda. El sustantivo rehén está ampliamente documentado como epiceno (Ella era el único rehén), pero hoy predomina su uso como común en cuanto al género (el rehén / la rehén):
Queda suspendido en el aire un instante (aprovechado para arrastrar a la rehén hasta la orilla) (Berlanga, Gaznápira); Le convenía mantener tranquila a la rehén (Victoria, Casta).
En el caso del sustantivo bebé, es común en cuanto al género en muchos países americanos (Es un bebé precioso ~ Es una bebé preciosa): […] sobre la piel de una bebé rosada (Proceso 29/12/1996), pero es epiceno en España: Los padres de Almudena García, un bebé de nueve meses de Bembibre (León), anuncian [...] (Mundo [Esp.] 30/3/1997). La oposición bebe/beba se documenta en el Río de la Plata, el Caribe insular y algunos países andinos —a veces en la forma bebé /beba—, entre otras áreas, a veces coincidentes con las que admiten bebe o bebé como sustantivo común en cuanto al género:
Con una mano lee una revista y con la otra hamaca el cochecito donde está el bebe, al que no se ve (Rovner, Foto); Los amores de un bebe y una anciana que además es algo así como su tía (Vargas Llosa, Tía); Tanto la madre como la bebe fueron trasladadas al Hospital Jackson Memorial (Américas 14/4/1999); Sara se levanta como por un resorte, alza en brazos a la beba y le pone el biberón en la boca (Halley, Amor).
En la lengua popular de varios países americanos y algunas regiones españolas, se han documentado los sustantivos ovejo, yerna y otros similares que, en la variedad culta, se sustituyen por formas heterónimas (carnero, nuera). Se extiende el femenino ídola en la lengua juvenil de Chile y el Río de la Plata, y a veces también en la conversacional (una cantante nueva que es ídola de todos los jóvenes). Este uso no ha pasado tampoco a los registros más formales.
No son epicenos sustantivos atributivos como desastre, encanto, caos, maravilla o belleza, entre otros muchos similares, ya que no designan seres animados, aunque puedan predicarse de ellos, como en {Ella ~ Él} es un encanto o {Este escritor ~ Esta escritora} es una maravilla. Si bien sustantivos como mamarracho o vejestorio se asimilan a menudo al paradigma de los epicenos, se están extendiendo sus variantes femeninas mamarracha y vejestoria, y —en el primer caso— también el sustantivo común en cuanto al género mamarracho (por tanto, un mamarracho/una mamarracho). He aquí algunos ejemplos de estos usos:
Aprendí que lo que tengo que hacer es usar esa libertad, aunque sin ser una mamarracha (Metrópoli 15/2/2006); Sentía su honor manchado con el ejemplo que esta hija daba a las de los demás al amancebarse con un aborto de eclesiástico y vestir pantalones como si fuera un mamarracho o una turista (F. Rubio, Sal ); A mí misma me daría un poco de repelús que Sergio o Diego se enamoraran de un vejestorio como yo (Rico Godoy, Mujer); Siempre que se trata de nombramientos
en el exterior, destierran unas vejestorias de museo que ya no pueden ni con la fe de bautizo (Asturias, París).
Ahora, comparada con la clase de los sustantivos comunes en cuanto al género o con la de los ambiguos, la de los sustantivos epicenos es relativamente secundaria, ya que la información que este grupo aporta solo es pertinente de forma indirecta a efectos sintácticos.
En muchos casos, los sustantivos epicenos ponen de manifiesto que lingüísticamente no interesa el sexo de la persona designada. Suelen considerarse epicenos los sustantivos masculinos personaje y vástago, así como el femenino persona, pero la referencia que cabe hacer en todos ellos al sexo del individuo designado es irrelevante: {Mario ~ María} es el personaje central de la obra. Entre los demás sustantivos de persona, no abundan los epicenos. El sustantivo pariente es común en cuanto al género —se dice Es pariente {mío ~ mía}, al igual que Son turistas {italianos ~ italianas}—, pero se usa también como epiceno, como en La consideraban un pariente lejano. El femenino parienta tiene otro sentido, como explica el DRAE. Está sujeto a la misma alternancia el sustantivo familiar, que se usa unas veces como común, como en Una familiar suya residente en Buenos Aires se puso en contacto con ella (Voz de Galicia 15/1/2004), y otras como epiceno (Ella es familiar mío).
Por otra parte, la RAE señala que no son epicenos los sustantivos masculinos de persona que se usan como términos no marcados de una oposición, por lo que cubren también los referentes que corresponden al otro sexo. Como se explica en el caso del grupo nominal los franceses puede abarcar el conjunto de los franceses y las francesas. Tampoco son epicenos los sustantivos que designan parejas de varón y mujer (esposos, novios, reyes). En estos casos y en otros análogos, el masculino funciona asimismo como el género no marcado. Cabe, pues, decir Tiene dos hijos: un niño y una niña, o Vendrán mis dos hermanos: Juan y Ana.
Bien, espero que el artículo de la Nueva gramática de la lengua española editada por la RAE, nos haya permitido esclarecer algunas dudas sobre los sustantivos epicenos, que algunas veces nos llevan a confusión en momentos de emplearlos en la construcción de oraciones.

martes, 27 de julio de 2010

LENGUA, HABLA E IDIOMA

¿Qué es la lengua?
La lengua es un sistema de signos que los seres pensantes aprenden y retienen en su memoria. Es un código, que es reconocido por cada hablante y el cual utiliza cada vez que lo necesita. Dicho código es importante porque desarrolla la comunicación entre las personas. El hecho de que todos los hablantes de una lengua lo conozcan, es lo que permite que puedan comunicar entre sí.
Pero veamos algunas acepciones sobre este término para poder diferenciar el manejo y uso que se le da, según las ocasiones o circunstancias:
Lengua (Del lat. lingua)
1. f. Órgano muscular situado en la cavidad de la boca de los vertebrados y que sirve para gustación, para deglutir y para modular los sonidos que les son propios.
2. f. Sistema de comunicación verbal y casi siempre escrito, propio de una comunidad humana.
3. f. Sistema lingüístico cuyos hablantes reconocen modelos de buena expresión. La lengua de Cervantes es oficial en 21 naciones.
4. f. Sistema lingüístico considerado en su estructura.
5. f. Vocabulario y gramática propios y característicos de una época, de un escritor o de un grupo social. La lengua de Góngora. La lengua gauchesca. [DRAE]
Ahora, según opinión de Aquilino Sánchez:
«Lengua: Para aludir a la capacidad de hablar del hombre en general se emplea el vocablo lenguaje. Para las modalidades particulares que puede adoptar una lengua, especialmente las estilísticas o técnicas, se emplea también lenguaje (lenguaje científico/periodístico, etc.), aunque también se usa la voz lengua. Idioma alterna con lengua cuando se alude a las lenguas nacionales modernas.»
Sin embargo, existen otros términos que guardan cierta relación o son empleados como sinónimosenpor definición se las hace sinónimas.
Ahora, la lengua como sistema tiene ciertas características, las que pasaremos a describir. Se ha tomado en consideración la teoría de Ferdinand Sassure:
• La lengua es un sistema de signos en el que sólo es esencial la unión del sentido y de a imagen acústica., y donde las dos partes del signo son igualmente psíquicas.
• La lengua es un objeto bien definido en el conjunto heteróclito de los hechos del lenguaje.
• Es una totalidad en sí misma, parece ser lo único susceptible de definición autónoma.
• Es adquirida, convencional y particular de cada sociedad.
• Es un producto social de la facultad del lenguaje.
• La lengua es un sistema de puras diferencias.
• Es concreta, porque responde a algo real y concreto.
• Es integral porque es íntegramente psíquica.
Siempre, por sinonimia, se confunde el concepto de lengua con el de lenguaje. Presentamos algunos argumentos que los diferencian:
• El lenguaje, es multiforme y heteróclito (se aparta de lo regular), a través de diferentes dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al dominio individual y al dominio social y no se los puede concebir uno sin el otro.
• No se deja clasificar en ninguna de las categorías de los hechos humanos, por el contrario de la lengua, que es una totalidad en sí misma y un principio de calcificación
• El lenguaje se apoya en una facultad que nos da la naturaleza, mientras que la lengua es cosa adquirida y convencional.
Pero, no debemos dejar de lado otro término que siempre está relacionado o veces unido al criterio de lengua, el habla.
Se denomina habla a la plasmación de lo anterior (lengua), la recreación de ese modelo que conoce toda la comunidad lingüística. Es un acto singular, por el cual una persona, de forma individual y voluntaria, cifra un mensaje concreto, eligiendo para ello el código, los signos y las reglas que necesita.
Dicho de otra manera, es el acto por el cual el hablante, ya sea a través de la fonación (emisión de sonidos) o de la escritura, utiliza la lengua para establecer un acto de comunicación.
«Habla: 1. Facultad de hablar: Adquirir, perder, recobrar el habla. 2. Manera de hablar, peculiar de un individuo, región o grupo social: Habla muy bien el español, pero no entiende bien el habla de algunos pueblos de esta zona.»
[Aquilino Sánchez (dir.): Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua española. Madrid: SGEL, 1985]
Para la RAE, habla proviene del lat. fabŭla
1. f. Facultad de hablar. Perder el habla.
2. f. Acción de hablar.
3. f. Manera especial de hablar. El habla de un niño.
4. f. Ling. Realización lingüística, por oposición a la lengua como sistema.
5. f. Ling. Acto individual del ejercicio del lenguaje, producido al elegir determinados signos, entre los que ofrece la lengua, mediante su realización oral o escrita.
6. f. Ling. Sistema lingüístico de una comarca, localidad o colectividad, con rasgos propios dentro de otro sistema más extenso. [DRAE]
Ahora, entre la lengua y el habla se establece una especie de estrato intermedio que los lingüistas entienden como norma. La norma es lo que nos impide emplear algunas formas lingüísticas que, ateniéndonos a la lógica de la lengua, podrían ser correctas. Ocurre cuando un niño dice andé, en lugar de anduve, de la misma manera que diría jugué, miré o canté.
Este tipo de normas tiene origen histórico y, así consideradas, no constituyen ninguna irregularidad. La norma impone desvíos en determinados aspectos de la lengua que todos aceptamos, pero el hablante no tiene por qué conocerlos en un principio y por eso es tan común que, entre los que están aprendiendo, surjan este tipo de errores.
Sin embargo, no podemos dejar de lado a otro término que es tomado como sinónimo de lengua, idioma.
Tomando como referencia a Aquilino Sánchez, diremos que,
«Idioma: Lengua empleada en una comunidad, particularmente cuando constituye un estado o nación: Habla cuatro idiomas.» [Aquilino Sánchez: Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua española. Madrid: SGEL, 1985]
Y según la RAE:
Idioma (Del lat. idiōma, y este del gr. ἰδίωμα, propiedad privada).
1. m. Lengua de un pueblo o nación, o común a varios.
2. m. Modo particular de hablar de algunos o en algunas ocasiones. En idioma de la corte. En idioma de palacio.
Bibliografía:
• SAUSSURE, Ferdinand: Curso de lingüística general , Alianza Editorial, Madrid, 1983. De la "Introducción": Cap. 3: "Objeto de la Lingüística". De la "Primera Parte. Principios generales": Cap. 1: "Naturaleza del signo lingüístico", Cap. 2: "Inmutabilidad u Mutabilidad del signo". De la "Segunda Parte. Lingüística sincrónica: Cap. 4: "El valor Lingüístico".
• SAZBÓN, José: " Significación del Saussurismo" en "Estudio preliminar", Saussure y los fundamentos de la lingüística, CEAL, Bs. As. 1990.
• SÁNCHEZ, Aquilino: Diccionario de uso. Gran diccionario de la lengua española. Madrid: SGEL, 1985

jueves, 15 de julio de 2010

LOS SIGNOS

Previo a desarrollar el tema sobre signos, debemos precisar qué entendemos por signo, ya que éste término se usa en vocabularios y otros contextos lingüísticos y comunicativos:

1. Para Umberto Eco: “Signo es todo cuanto representa otra cosa en algún aspecto para alguien. Signo es lo que puede interpretarse”.
En este sentido, la vida humana es inconcebible sin signos. Eco afirma que los fenómenos naturales no dicen nada por sí mismos, que se vive en un mundo de signos porque vivimos en sociedad. Por tanto, los fenómenos sígnicos son característicos de los seres humanos, por vivir en sociedad, y hacen parte de los códigos que rigen las relaciones sociales, los usos sociales.

2. De otro lado, Raúl Ávila, señala que: “Un hecho perceptible que nos da información sobre algo distinto de sí mismo” (Avila).
Es decir, que convertimos en signo un objeto cuando lo usamos como representante de un hecho distinto del objeto mismo.

3. Sin embargo, Niño Rojas expresa que “El signo es tal, en la medida en que significa algo (significado) sobre algo (referente) de alguien (emisor) y para alguien (destinatario)”.
Se debe tener en cuenta que en la semiosis o proceso sígnico no sólo se establece una relación social o comunicativa, sino también una relación simbólica o representativa entre signo y referente, pero de manera indirecta, es decir, a través de un significado.

Por consiguiente, la interrelación de estos elementos (signo, referente y sujeto) es la base de una semiótica tridimensional, constituida por tres áreas:
1. La pragmática: considera la relación entre los signos y sus intérpretes o usuarios.
2. La semántica: se ocupa de las relaciones entre los signos y los objetos denotados por ellos (los referentes).
3. La sintaxis: estudia exclusivamente las relaciones que establecen los signos entre sí dentro de un sistema de signos.

Debemos tener en cuenta que todo signo es una representación de algo, representar es una operación propia del signo, pues está en lugar del objeto “como el embajador toma el lugar de su país, lo representa en un país extranjero”. Pero no sólo está en lugar de la cosa sino que nos permite conocer algo más. Al conocer el signo inferimos lo que él significa. Su significado no sólo comprende lo cognitivo sino también las actitudes, los valores, las emociones y todo tipo de connotaciones socioafectivas y culturales.

Hay que precisar que el signo crea algo en la mente de quien lo interpreta. Es por esto que los signos no se definen únicamente porque sustituyan las cosas, sino porque funcionan realmente como instrumentos que hacen posible que pensemos también en lo que no vemos ni tocamos o ni siquiera nos imaginamos. Pensar es el principal modo de representar, e interpretar un signo es desentrañar su significado.

Debemos entender el término “representar” en su sentido de “hacer presente”, y no sólo en el sentido restringido de “sustituir o hacer las veces de”. Asimismo, la “cosa” representada o evocada por el signo puede ser un objeto material como una idea, una propiedad de un objeto, un sentimiento, etc. Por su parte, el término “alguien” se refiere a cualquier organismo capaz de utilizar signos, aunque en lo sucesivo vamos a ocuparnos específicamente de los seres humanos.

En suma, un signo es algún objeto perceptible por los sentidos (aunque no necesariamente sea material), portador de una significación para un receptor o intérprete, que es quien realiza el paso del signo a lo significado, haciendo operativa la conexión entre ambos.

CLASES DE SIGNOS

Una clasificación general y unitaria de los signos no es viable debido a los múltiples criterios que se pueden utilizar y que se entrecruzan. Haremos una clasificación basada en criterios parciales:

1. Según el intérprete :
a. Signos humanos: las palabras, la música, la pintura, las señales de tránsito, etc.
b. Signos no humanos: la danza de las abejas, las feromonas sexuales entre los animales, el rugido de un león, el gruñido de un perro, etc.

2. Según el ámbito en el que se dan:
a. Signos naturales:
La capacidad de significar procede de la naturaleza misma del significante. Se les consideran también a los signos involuntarios y los no intencionales : el humo como efecto del fuego, la fiebre, el olor a sudor, el llanto, la Estrella Polar, una huella en el suelo, todos los signos no humanos, etc. Todos ellos tienen con lo significado (el referente) una relación puramente natural —recordemos que Umberto Eco ha escrito que los fenómenos naturales no dicen nada por sí mismos—.

b. Signos culturales:
Son producto de la creación cultural del hombre y, por lo tanto, implican una intencionalidad sígnica de parte del emisor y una actividad descodificadora de parte de un destinatario. Estos constituyen códigos. También reciben el nombre de signos artificiales o convencionales y, en contraste con los naturales, su relación con lo significado es producto de un acuerdo o de una convención establecida por las personas o por la comunidad: el olor a loción, el color negro como símbolo del luto en la tradición cristiana, las banderas, las palabras, la escultura, las señales de tránsito, etc.

3. Según su estructura:
a. Signos verbales:
Constituyen un sistema con posibilidades de combinación en dos dimensiones. La primera corresponde al medio material de su expresión (fonemas o grafemas) y la segunda corresponde a su significación (morfemas o monemas). Por lo tanto, son signos verbales no sólo los del lenguaje oral, sino también los del lenguaje escrito. Todos los signos no humanos son signos no verbales, pero no todos los signos humanos son signos verbales. En estos signos verbales ubicamos el signo lingüístico.

b. Signos no verbales :
Carecen de las características que hemos atribuido a los signos verbales, es decir, que son signos que no se articulan en dos dimensiones. Por ejemplo: la música, los movimientos de las manos de los sordomudos, las banderas, la forma de vestir, todos los signos no humanos, etc.

4. Según su relación con lo significado (referente):
Siguiendo la clasificación de Peirce, comúnmente aceptada, Umberto Eco distingue tres tipos o clases principales de signos :

a. Íconos :
Son signos cuya relación con el objeto que designan o evocan se basa en la semejanza figurativa o exterior, o en la igualdad de distribución de sus partes: un cuadro realista, una imagen, una fotografía, un mapa, un diagrama, etc.

b. Índices:
Los índices o signos deícticos apuntan físicamente a su objeto, están afectados por él y guardan cierta conexión físico-espacial con el objeto al cual señalan: indicar con el dedo, y también muchas expresiones lingüísticas: yo, tú, él, acá, allá, éste, ése, aquél, etc. También son índices algunos signos naturales: el humo, la fiebre, el olor a sudor.

c. Símbolos:
En estos signos la relación que une al signo con el objeto es el resultado de una convención, pues ni tienen semejanza con su objeto ni tampoco una conexión física inmediata con él. Esto quiere decir que la relación del signo con lo significado es arbitraria, es de pura representación, basada en una convención social: las banderas, el papel moneda, la balanza como símbolo de la justicia, la paloma como símbolo de la paz, el color blanco como símbolo de la pureza, la mayoría de las palabras, etc.


Iconos

No humanos Naturales No verbales
Índices

SIGNOS



Humanos Culturales Verbales Símbolos

miércoles, 14 de julio de 2010

EL ORIGEN DEL ALFABETO

Desde tiempos muy remotos, el ser humano sintió la necesidad de transmitir no sólo sus pensamientos, su cosmovisión, ideales, deseos, etc. Sino que, además, creo conveniente reproducir y grabar los fenómenos naturales, la naturaleza y el medio que lo rodeaba como una forma de poder ilustrarse. Una muestra de eso son los dibujos dejados en las cavernas, los petroglifos, etc.
Aunque en los inicios haya sido gráficamente, usando la fauna y la flora que los rodeaba, plasmando rudos dibujos pintados o coloreados con elementos que en cada lugar brindaba la naturaleza. De esta manera, nacieron los primeros jeroglíficos.
Pero en los albores de la humanidad, lo gráfico, es decir los iconos, imágenes, figuras o los jeroglíficos (según los tiempos en que se crearon), el hombre nos va a dejar como testimonio hasta sus rasgos ideo-religiosos, es decir, cómo imaginaban a sus dioses. ¿Y por qué esa la relación cosmos- pensamiento? Pues simplemente, porque el hombre ha sido y será un ser místico, que siempre se ha interrogado e interesado, en la profundidad de su mente y pensamientos, sobre los misterios que encierra el universo. Y como tratando de dar una respuesta a eso, ha idealizado seres con cualidades superiores a nosotros.
Así tenemos, que en el neolítico usó las "pictografías" para representar cosas que podía dibujar. En un segundo pasó, comenzó a combinar dibujos para expresar ideas, incluso abstractas (y el lenguaje lo es): los ideogramas. La pictografía de los sumerios, grabada sobre placas de barro y con estilete, presentaba rasgos en forma de cuñas, por lo que se denominó cuneiforme.
El ser pensante pasó por las fases de escritura de la pictografía, ideografía, y el fonograma, para llegar a crear silabas articuladas. Cada signo expresaba una sílaba y combinada con otras formaba una palabra. Esta escritura silábica de los sumerios, fue asumida por los semitas, y prevaleció en Asiria y en Babilonia.
Los egipcios usaron el jeroglífico como escritura. Pese a tener una cultura avanzada, reflejada en los templos, las pirámides y objetos arqueológicos hallados, no inventaron un alfabeto de caracteres independientes, debido en parte a que consideraban sagrada la escritura jeroglífica. Tuvieron tres tipos de escritura: la jeroglífica, la hierática (exclusivo de los sacerdotes) y la demótica (idioma surgido en la última etapa del antiguo Egipto. El término lo usó por primera vez Heródoto), usada para usos más sencillos y cotidianos.
La hierática fue una escritura adoptada por varios pueblos de las culturas mediterráneas, que le fueron sacando todo lo que tenía de pictográfica e ideográfica, hasta convertirla en un sistema de sonidos puros. Le corresponde a los fenicios la modificación de la escritura jeroglífica. Introdujeron caracteres independientes, y formaron un alfabeto de 22 signos, que no poseía vocales, era consonántico y se escribía de derecha a izquierda. No se conoce su fecha, pero existió en el milenio anterior al nacimiento de Jesucristo e influyó en todas las lenguas ribereñas del Mar Mediterráneo.
Según ciertas fuentes, entre los siglos IX y VIII antes de Cristo, el hijo del rey Agenor de Fenicia, Cadmo, personaje histórico y mítico dotado de gran inteligencia, fue quien introdujo el alfabeto en Grecia, con el objeto de difundir la cultura y el progreso. Estas primigenias culturas dieron los primeros pasos de muchos de los signos que han evolucionado hasta nuestros días.

Alfabeto Fenicio

Signo Nombre Significado Signo Nombre Significado
Aleph Buey Mem Agua
Beth Casa Nun Pez
Gimel Camello Ayin Ojo
Daleth Puerta Peh Hora
He Postigo Qaph Cabeza
Waw Uña Resh Perfil
Chelh Cerco Shin Diente
Yodh Mano Tav Señal
Koph Palma Sameci Tronco
Lamed Látigo Zayin Puñal

En el alfabeto fenicio, cada signo representa un sonido. De él se han derivado seis variantes:
Escritura hebreo-samaritana
Escritura aramea primitiva (Del cual derivan el árabe, el armenio, el georgiano)
Variante central, de la es el griego, el latín y el etrusco. El ruso derivó del griego. (Alrededor del año 500 a.C. el griego se comenzó a escribir de izquierda a derecha).
Ibérico, Turdestano y Bástulo-Fenicio.
Variante septentrional: alfabetos rúnicos (derivan el alemán, eslavo, sajón, anglo, etc).
Variante Hindohomerita: derivaron el sánscrito (lengua indoeuropea más hablada en la India en la antigüedad), el magadhi (lenguas indoarias) y el devanagari (alfabeto brahmi-indo).
Aunque otras teorías, citan el alfabeto original nombrándolo como semítico septentrional, y del que han derivado cuatro ramas: la escritura semítica meridional, la cananea, la aramea y la griega, alrededor del año 1000 antes de Cristo.
Escritura Cuneiforme
Jeroglíficos Egipcios

Los textos más antiguos que se conocen datan alrededor de 5000 años. Los persas emplearon la escritura cuneiforme.
Arqueólogos y paleógrafos se dedicaron a descifrar este tipo de escritos.
Se hallaron frases escritas en escritura cuneiforme en una roca de Behistún, en las ruinas de la ciudad de Persépolis que se ubicó en lo que hoy es Irán. El viajero italiano Pietro della Valle, en el año 1621 halló una inscripción de 413 líneas en la pared de una montaña en Behistun, al oeste de Persia y copió algunos signos.
En 1674, Jean Chardin, un comerciante francés, publicó unos escritos en caracteres cuneiformes cuyas inscripciones aparecían siempre en series de tres formas paralelas.
El primer progreso para descifrar la roca de Behistun lo realizó el alemán Carsten Niebuhr, integrante de una expedición científica danesa a Oriente Próximo entre 1761 y 1767. En 1777 publicó la primera copia correcta de la inscripción de Behistun, inscripción trilingüe de Darío I rey de Persia escrita en caracteres cuneiformes en persa, elamita y babilonio.
José Federico Grotefend, y Oluf Gerhard Tychsen, estudiosos alemanes, lograron descifrar la frase allí grabada, y a partir de ella reconstruir el alfabeto completo; a esta especialidad se dedicaron también el inglés Rawlinson y el francés Oppert. En Egipto se halló decretos, escritos en lápidas, grabados en la piedra.
Cada signo expresa una palabra.
Los jeroglíficos egipcios se descubrieron a partir del hallazgo de una lápida en Roseta. Las frases halladas allí aparecieron escritas en jeroglíficos, en demótica (escritura popular egipcia) y en griego, lo que ayudó a descifrar y comparar estos escritos.
Escritura Demótica

Así se llamó al último estadio de la escritura jeroglífica de los egipcios, y se usó para escribir textos literarios y administrativos.
Se usó entre los siglos VII y V antes de Cristo.
Escritura de otras civilizaciones
Alrededor del 300 antes de Cristo, el griego reemplazó a esta escritura demótica.

Ideogramas

Fue el medio más accesible que tuvieron los hombres prehistóricos para comunicarse las noticias, o dejar rastros de hechos, fue el dibujo.
Por ejemplo, en Cogul, Lérida, España, fue hallada una pintura sobre la roca representando un ciervo y un hombre, con el significado de dejar aviso que salía de cacería. La escritura China primitiva era de tipo jeroglífico.
Posteriormente, las disposiciones establecieron enseñar en las escuelas, la escritura alfabética.
Los mayas usaron pictogramas. Los incas sus quipús.


Alfabetos Artificiales
Alfabeto Cirílico

Fueron alfabetos que en lugar de basarse y evolucionar de otros más antiguos, fueron inventados para pueblos que no poseían lengua escrita.
Así se dan ejemplos como el armenio, alfabeto inventado por San Mesrob en el año 405, todavía está vigente.
Otro ejemplo es el silabario del cherokee inventado en 1820 por el jefe indio Secuoya. Se le dio es nombre porque un grupo de religiosos griegos que vivían en Constantinopla evangelizaban a los eslavos, entre ellos San Cirilo, apóstol de los eslavos (siglo IX - 860 después de Cristo) creó un sistema de escritura, basándose en el griego y creando los caracteres que representaban los sonidos que no existían en griego.
El ruso, el ucraniano, el serbio y el búlgaro utilizan el alfabeto cirílico.
Alfabeto Etrusco
Alfabeto latino

Hay quienes dan al alfabeto etrusco como derivado del alfabeto fenicio, mientras que otros consideran que proviene del griego antiguo, junto con las escrituras oscas, umbra y romana.
Todavía es un enigma sin aclarar totalmente, pues existen inscripciones antiguas sin descifrar aún hoy. El latín se expandió en Europa con la expansión del Imperio Romano. Con la evolución de este latín, asentado sobre las lenguas existentes en cada región, en provincias del imperio que fueron perdiendo su contacto con el centro político: Roma, a partir de la caída del Imperio además de las distancias geográficas, dio lugar a otras lenguas, modernas, las lenguas romances, como son el francés, el castellano, el provenzal, el catalán, el sardo, el portugués, el italiano, el rumano.
La Escritura Romana

Los romanos emplearon diversos tipos de escrituras:
Lapidaria (De molde).
Capital cuadrada (Se usaba en los escritos de monumentos).
Capital rústica.
Uncial elegante (Medía una pulgada de altura). (Se usaba en los títulos ornamentales escritos con pluma).
Uncial cursiva.
A partir del siglo IV se comenzó a usar en la Corte Pontificia una escritura a la que llamaron Escritura de las cartas pontificales. En el siglo VIII se empleó la "escritura libresca italiana" en los manuscritos de la época.



La Evolución Posterior de la Escritura

Hacia el siglo XV se comenzó a emplear la escritura gótica, con excesivos adornos y recargada, que se continuó usando para resaltar algunos títulos. Se la enseñaba en las escuelas hasta promediar el siglo XX. Durante las centurias XVI y XVIII, se empleó la escritura de caracteres cancillerescos romanos, invento atribuido en 1545 a Juan Bautista Palatino. En esta escritura, por primera vez aparecen los caracteres unidos unos a otros formando las palabras.
A fines del Siglo XVIII aparece:
En Francia la Escritura Redonda, que se utilizó en numerosos documentos, direcciones, cartas.
La Escritura Inglesa cursiva, usada hasta nuestros días.

Taquigrafía o Estenografía
La Escritura de los Números

Eran los sistemas de escritura rápidos y concisos. En la antigüedad el historiador griego Jenofonte había inventado una escritura para realizar la vida de Sócrates.
En la edad Moderna, en 1558, el clérigo inglés Timothy Bright patentó un sistema de taquigrafía. A éste le siguieron varios más.
Hacia 1837, el pedagogo inglés, sir Isaac Ptimana, publicó un sistema taquigráfico completamente fonético. Los caracteres Pitman son geométricos, con líneas y curvas. Representa las vocales por medio de puntos y rayas que se colocan delante y detrás de los signos consonánticos. Se debe escribir en un papel rayado; la colocación de un signo encima o debajo del renglón indica si se han omitido las vocales. Curvas, arcos y círculos representan los prefijos y sufijos más frecuentes. Este sistema se usó en América Latina. Hubo otros posteriores, en especial el más usado en Europa, inventado por el alemán Franz Xaver Gabelsberg (1789-1849).
Para el siglo XIX se inventó varias máquinas que permitían escribir a la velocidad del habla. Llegaron a lograr reproducir más de 200 palabras por minuto. Su utilización era esencial en sesiones parlamentarias, juicios, actos de Tribunales, etc.

Desde los albores se utilizaron palabras para designar números, pero ante la imposibilidad o infinitud de dar una palabra diferente a cada número, llevó a inventar otro sistema.
En Egipto se usaron rayitas que luego se agrupaban de dos en dos. Los griegos usaron sus letras del alfabeto seguidas de un apóstrofe.
Los romanos también se valieron de letras. Usaron la I para el 1, la V para el 5, la X para el diez, la L para el 50, la C para el 100, la D para el 500 y la M para el 1000.
Luego se agrupaban mediante un sistema, para indicar las distintas cifras. Hoy en día se usan los números romanos en relojes, siglos y otras notaciones.
En las escuelas se enseña como un sistema de numeración. Los números que usamos actualmente se denominan arábigos, aunque se cree que fueron los hindúes sus inventores.
Los difundió en Europa Leonardo Fibonacci, quien escribió en 1202 el primer libro de aritmética en que se utilizaron los números arábigos: "Liber Abaci".